Esos momentos en que Dios no hace nada...

Nos encanta la parte de Dios, en que hace milagros, nos libra del mal y que siempre sale a nuestro rescate. Como cuando estamos atravesando un momento difícil o una necesidad, oramos, y El responde de inmediato ―¡vamos! ¿a quien no le gusta eso?. Estamos en una época donde todo es mas fácil, rápido e inmediato; lo que hoy hacemos en unos minutos, unas épocas atrás tardaban horas hasta días. Saber que existe un Dios que puede hacerlo todo solo con sonar sus dedos ―basta con pensar en esta idea― nos da emoción y esperanza.

Pero, ¿qué sucede cuando se dan esos momentos en que Dios no hace nada? Pides por tu enfermedad y no te sana, necesitas un milagro a un problema y no ocurre nada; o llevas tiempo de orar por una petición y tampoco sucede algo. Cuestionamos ¿no es así?. Comenzamos a preguntar ''¿por qué lo permites?'' ¿por qué si tienes el poder no haces algo al respecto?'' y todos los ''por qué '' que se te ocurran. Dios no te promete darte explicaciones a tus ''por qué '', por el simple hecho que El es soberano, ''Daniel 4:35, TLA, Ante ti, nada podemos hacer los que vivimos en la tierra. Tú haces lo que quieres con los ejércitos del cielo y con los habitantes del mundo. Nadie puede oponerse a ti, ni hacerte ningún reclamo”; en otras palabras nadie le dice a Dios como ser Dios. El no te dará explicaciones, pero si te promete que estará contigo en cualquier proceso de tu vida, Isaias 41:10, TLA, Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo''.

Hace dos años y medio, yo entre en un proceso muy fuerte en mi vida, Dios estaba permitiendo que pasara por el fuego. Te digo, que yo creí que no iba a poder sobrevivir a ello ―el enemigo nos hace creer eso―, pero la realidad es que Dios sabe del material que estamos hechos. El jamás te permitirá pasar por el fuego, sino supiera que eres a prueba de fuego. Por muchos meses, saque todos mis cuestionamientos a Dios. Y un día, su voz como sonido apacible me habló, esta fue nuestra conversación:

'' - ¿Así que tu esperanza la pones en mi solo cuando permito lo bueno en tu vida? - ¡Pero es que no entiendo, Padre! ―le dije. -No te concierne entender el ''por qué'', sino el ''para qué'' de este fuego.''

¡Uff! Me cayo como balde de agua fría. Entonces cambie mi oración. Y empecé a orar de esta manera: ''Padre, se que estas disponible para mi. Se que Tu puedes hacer todas las cosas. Incluso pasar de mi este fuego con tu mano poderosa. Pero aun cuando no lo hicieras, mi esperanza seguirá puesta en ti. Enséñame a ver el ''para que'' de este proceso''.

Descubrí el ''para que''. Cambiar mi oración, me cambió la vida. ¡Cambia tu oración sobre tu proceso!

¡Te bendigo y te abrazo!