Libras de más, libras de menos...
- Lii.
- 23 feb 2018
- 3 Min. de lectura
Esta semana alguien me preguntaba ''¿has sufrido de complejos?'', y bueno, ¡por supuesto que si! De hecho esta pregunta me llevó a recordar los años de mi adolescencia. En esa época, yo tenia un peso promedio de 115 libras y solía tener la tendencia de subir de peso (no de bajar). De la cintura para abajo y en mis cachetes reflejaba esas ''libritas de mas''. Mi estatura no me ayudaba mucho - era mas pequeña de lo que mido ahora. Por lo que, aunque nunca me preocupe por hacer dietas o por dejar de comer, dentro de mi lidiaba con el pensamiento ''estoy gorda''. Mi cuerpo se volvió mi complejo.
Los complejos nos atacan a todos, sin importar sexo y edad. Algunos no les gusta su cabello, su nariz, su color de piel, sus pies u otra parte del cuerpo; otros son acomplejados en su forma de vestir, en sus gustos y disgustos, también en su forma de ser (no muestran su verdadera personalidad); y hay quienes tienen complejos hasta con Dios, de los que dicen ''¿así como soy? Dios no podría usarme'' o ''yo ni a la iglesia debería entrar, ¡se caerá!''. A esto le añadimos la opinion que ejercen los demás. Sobre lo que es ''hermoso'' o ''feo''. Es así como se producen los complejos, que son todos esos pensamientos negativos que tienes sobre ti o que otros dicen sobre ti, los cuales te impiden desarrollarte con libertad en tu vida diaria. No me faltaban las personas que me decían: ''¡Oye pero estas mas cachetona!'' o ''te veo mas rellenita''. Sumándole eso a mi pensamiento negativo, me torturaba mas.
Cuando entre a la universidad, mi carrera exigía mucho de mi. Tanto, que de desvelo tras desvelo, de estrés tras estrés, comencé a bajar de peso (cosa que nunca me había pasado). Al principio, era como ''¡genial! bajare esas libritas de mas'', pero conforme pasaban los años, esa emoción desapareció. Llegue a pesar 90 libras. Se podían ver los huesos de mi cuello y espalda resaltados. Verme al espejo, era deprimente porque no faltaron los nuevos comentarios; ''¡Que delgada estas!'' ''oye, ¿pero que te pasó?''. ¿A que voy con esto? En las dos etapas que estuve lidiando con mi peso -mi complejo-, las personas siempre tuvieron algo que decir. El concepto, entre hermosa o no, era siempre el dilema.
Pero, ¿quién es juez entre nosotros para decidir entre lo que es feo y lo que es hermoso? ¿Qué es hermosura después de todo? Algo hermoso para mí podría ser algo horrible para ti o algo hermoso para ti podría ser algo horrible para mí. Así que, las revistas de Hollywood no te definen. Tampoco los comerciales de T.v, los famosos que sigues en tus redes y menos los chicos populares que te rodean a diario. Dios te define. Para que termines de luchar con tus ''complejos'' debes empezar a verte como Dios te ve. Y eso solo lo descubres, estando cerquita de El.
David, entendía que el ''Yo Soy'', ósea Dios, le hacia SER. Esto le permitió vivir una vida sin complejos, ''Salmos 139: 13-14, Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo. Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!''. La relación intima que tenia David con Dios le permitía tener esa <seguridad> sobre quién era Dios y por lo tanto sobre quien era el.

Además entiende, que lo que esta en tu interior se refleja en tu exterior. Dios por eso está tan interesado en trabajar con nuestro interior, con lo que nadie ve, pero que para El tiene mucho mas valor, ''1 Pedro 3:4, La belleza no depende de las apariencias, sino de lo que hay en el corazón. Así que, sean ustedes personas tranquilas y amables. Esta belleza nunca desaparece, y es muy valiosa delante de Dios''.
¡Esto cambiara tu vida! ¡Esto cambió la mía! Le entregue mi corazón para que trabajara conmigo, comencé a tener una relación mas cercana con El y eso me llevó a verme como El me ve y como El me define. Hoy soy yo misma, pero con Dios. Hago lo que hago porque se que El me ha escogido. ¡Hoy soy libre de complejos! y tu ¡también puedes ser libre hoy!
¡Te bendigo y te abrazo!
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