Cuando Dios te pide que sueltes...

Existe una diferencia extrema cuando tu decides soltar algo o alguien -porque ya no lo quieres, ya no te gusta, ya no lo disfrutas, ya no te interesa y por voluntad propia dices ''no sostengo esto más, lo dejo ir''- a cuando Dios te pide que sueltes algo o alguien - y tu aun lo quieres, aun te gusta, aun lo disfrutas, aun te interesa y en contra de Su voluntad dices ''aunque me lo pides, no quiero dejarlo ir''.

Si te identificas, eres de los míos. Yo solía cuestionarle esto a Dios ''¿Por qué tienes que pedirme cosas así? ¿y por que siempre tiene que ser algo que amo o alguien que amo?'' y en un momento con esa ternura de papá, me respondió: ''Te lo pido porque aun no me pertenece, no me lo has dado a mi dominio, sino que sigue en el tuyo''. Eso me hizo entrar en razón, porque existen cosas que no le hemos entregado a Dios o que quizás no hemos querido entregarle ya que nos aterroriza que se salga de nuestras manos el control, sentimos que si están en nuestro dominio -y no en lo desconocido- todo estará bien pero es un error. Las cosas bajo nuestro dominio no tienen la utilización soñada de Dios, pero en las manos de Dios, todo es diferente.

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Hay tantos ejemplos en la biblia donde Dios le pide a los suyos que suelten o renuncien a algo o alguien que aman. Uno de los más impresionantes es la historia de Abraham y su hijo Isaac. Muy claro le dice Dios a Abraham en ''Génesis 22:2a, TLA: «Abraham, quiero que me ofrezcas como sacrificio a Isaac, tu único hijo, a quien tanto amas...»'' Yo veo algo claro aquí, el soltar o renunciar a alguien o algo a Dios, es sinónimo de una ofrenda de sacrificio. Sacrificar no es desconocido para El. Nos dio su Hijo, ''Romanos 8:32, TLA: Él no nos negó ni siquiera a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, así que también nos dará junto con él todas las cosas''. Los sacrificios son actos de amor profundo por esa razón duelen, pero debes entender esto: el que Dios te pide que sueltes o renuncies a algo/alguien no significa que lo vas a perder.

Se que has escuchado que cuando Dios te pide que le entregues algo es porque te dará algo mejor, pero a mi El me ha enseñado a más profundidad: si yo le entrego algo, es porque El me entregará lo que es mío. Cuando Abraham entrega a Isaac, Dios no le devolvió otro hijo. Al contrario, le devolvió su propio hijo, el mismo hijo de promesa, ''v. 12: «No le hagas daño al niño. Estoy convencido de que me obedeces, pues no te negaste a ofrecerme en sacrificio a tu único hijo»''

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Quizás Dios te ha estado pidiendo que sueltes algo/alguien porque El sabe que no te pertenece, no es tuyo, no esta en lo que diseñó, soñó, ni en el propósito que creó para tu vida o quizás no es el tiempo para que lo tengas. Esta desviando, lastimando o atrasando Sus planes para ti (aunque lo ames). Y te lo esta pidiendo porque El quiere entregarte como a Abraham, tu propio hijo -es decir- lo que realmente es tuyo. Cuando al fin acepte esto, fui a Dios y orando le dije:

- ¡Duele mucho Señor! -Lo sé. Y esta bien que llores. Porque cuando yo te entregue lo que tengo para ti, vas a querer recordar lo que te dolió soltar esto, y no podrás hacerlo.- me respondió El.

¡Eso mismo te dice hoy!

¡Te bendigo y abrazo!