La habitación sin salida.

Debe ser horrible quedarse atrapado en una habitación y que por mas que busques una salida no la encuentres. Si eres alguien que sufre de claustrofobia, creo que solo la idea de pensarlo puede ser fatal. Lo que no nos damos cuenta, es que a diario vivimos dentro de una habitación como esta. Tu ''habitación'' esta ubicada en tu corazón. Y a medida que luchas entre hacer o no hacer la voluntad de Dios, es que quedas atrapado en ella, y entonces no encuentras salida.

En la biblia veo la historia del rey Saúl (1 Samuel 9-31), un hombre al que Dios escogió para reinar sobre Israel. Saúl experimentó tener un corazón (una habitación) libre para hacer la voluntad de Dios, y mientras mas se encontraba dentro de esa voluntad, mas victorias veía junto al pueblo. Lo interesante es que Saúl se confió demasiado en si mismo (1 Samuel 14 y 15). Creyó que porque experimentaba esto, las cosas seguirían igual aun haciendo su propia voluntad. No se daba cuenta, que en su corazón comenzó a crear su propia habitación sin salida. Saúl marcó el fin de su reinado o propósito, cuando hizo todo, menos lo que Dios le pidió hacer, ''1 Samuel 15:28,NVI, Entonces Samuel le dijo: ―Hoy mismo el Señor ha arrancado de tus manos el reino de Israel, y se lo ha entregado a otro más digno que tú.''

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Date cuenta que estas dentro de este tipo de habitación, cuando comienzas a tomar decisiones sin consultar o sin tener la aprobación de Dios. Quizás esto te haga pensar ''¡que Dios tan egoísta! hacer solo lo que el quiere'' -no se trata de que Dios es egoísta (porque no lo es), sino de que El sabe que es lo mejor para ti y lo mas importante sabe lo que te mantiene dentro Su propósito-. Yo llegue al punto en mi vida donde comencé a orar con lágrimas en mis ojos y con el corazón estrujado (porque ceder y morir a nuestra voluntad duele al inicio) así: ''Señor, si esto no esta en tu voluntad: quítalo, aléjalo y apártalo; porque sino viene de ti, por mas que me duela, no lo quiero en mi vida.'' Y cuando comencé a orar de esta manera, Dios me comenzó a sorprender.

Lo que fue quitado y apartado de mi vida, no se compara a lo que Dios me ha dado ahora. Aun estoy aprendiendo, pero puedo decirte que morir a mi voluntad ha sido mucho mejor de lo que pensé. Termino con esto: no hagas mas ni hagas menos de lo que Dios te esta mandando a hacer. Pero para saber lo que tienes que hacer, necesitas una relación mas cercana con ellos tres: Dios Padre, Jesús y el Espiritu Santo.

¡Te bendigo y te abrazo!