El día que decidí amarme.
- Lii.
- 5 ene 2018
- 3 Min. de lectura
Dicen por ahi, que el amor es el idioma universal en el mundo. Todos de alguna forma, consciente o inconscientemente buscamos el amor en alguien o en algo. ¡Si! hasta tu que te haces el o la fuerte contra eso. Buscar el amor, nos hace buscar la aceptación de aquellos que nos importan y en casos extremos, de cualquier circunstancia o persona; porque cuando no tienes idea de tu valor, ''lo que sea'' o ''quien sea'' te parece suficiente con tal de aliviar o sentir que se llena esa necesidad de amor. Lo creas o no, esto puede ser un dolor de cabeza constante en ti si te quedas de brazos cruzados. Entonces hablemos de amor propio... Es muy difícil amar al resto del mundo, cuando hay falta de amor hacia ti mismo. Mira que cuando Jesús nos aconseja que amemos a los demás, nos hace esta peculiar referencia: «ámalos, como te amas ti». (Mateo 22:39, NVI: El segundo -mandamiento- se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”). Quizás viendo este punto, te des cuenta el por qué de tus acciones escasas hacia aquellos que dices amar; si tu te amas poco, si te perdonas poco o nada, si te juzgas duramente... ten por seguro que eso mismo ofrecerás a quienes tengas a tu alrededor.
Ahora bien, ¿qué sucede cuando la falta de amor propio provoca lo contrario, es decir, que los que están a tu alrededor, tienen acciones escasas de amor hacia ti? ¿es responsabilidad de ellos o tuya? Lamento decírtelo, pero es tuya. Una vez leí esto: «la forma de pensar sobre ti mismo determina esta realidad: No estás siendo herido por lo que otros piensan de ti. Muchas de esas personas son un reflejo de cómo piensas tú sobre ti mismo». Por esta razón el apóstol Pablo se interesaba tanto en aconsejarnos sobre qué pensar tanto de otros como de nosotros: ''Filipenses 4:8, NTV: Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.''
Y tu podrás pensar ''no se como ver lo bello, lo admirable, lo honorable o lo puro en mi!'' por la simple razón que estas viendo tus errores y aparentes defectos; si tu no puedes pensar bien de ti, hablar bien de ti, ver tu propia belleza ¿cómo esperas que otros lo hagan contigo?. Tu eres quien le marca a otros el amor, el respeto y el valor que mereces. Cuando entendí esto, fue el día en que decidí amarme. Ya deja de ser tan duro contigo mismo. Necesitas comenzar a verte como Dios te ve. Él no solo ve el caos, sino que también ve los hermosos jardines que ha hecho florecer en ti. Y sí el Ser mas impresionante decidió amarte - El te amó primero-, ¿por qué tu no hacerlo?.
Esto traerá sanidad de amor a tu vida. Este es el orden: Primero permite que Dios te ame (ya lo hace pero necesitas dejar que ese amor opere en ti), luego aprende amarte a ti mismo y es así como podrás amar a los demás que tengas a tu alrededor. ''1 Juan 4:16 NVI: Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.''
¡Te bendigo y te abrazo!

Comentarios