Heridos, herimos.
- Lii.
- 21 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Hace un par de días leía el libro de Eclesiastés (TLA), y en el capitulo 3 encuentras un listado de todas las cosas que tu puedes hacer en la vida y como para cada cosa hay un tiempo. Pero el versículo que me cautivó fue el 3a, ''TLA: hoy herimos, mañana curamos;'' entonces me pregunté, ¿qué pasa si el herido no se cura? ¿cómo podrá curar a otro herido, si el sigue dañado, enfermo o lastimado?. Me hizo recordar una vez en mi adolescencia que estaba muy enferma a causa de un virus, tenía temperaturas muy altas en mi cuerpo sobre todo internamente lo que significaba que estaba reaccionando a una infección. Tomaba medicamentos pero aun mi cuerpo no estaba sano; decidí que iba a salir a una reunión porque a mi parecer me sentía mejor que el día anterior. Cuando estaba poniéndome el jean (las chicas con piernas gruesas entenderán la intensidad del momento) al halar con fuerza, el zíper hizo dos rasguños en mi pierna izquierda. Dolió pero no creí que eso sería un problema. Me terminé de alistar y fui a la reunión. Había pasado una hora y yo sentía que el dolor en mi pierna se intensificaba, pues decidí ir al baño para revisarla. A mi sorpresa, los dos rasguños ya no estaban pequeños a como los vi al salir de casa, mi pierna estaba roja y completamente infectada. Fui al medico, y me dijo esto: Cuando hay heridas, infecciones o enfermedad en un cuerpo, cualquier otra herida, rasguño o cualquier otra cosa que este cerca, corre todos los riesgos de también infectarse. Hasta el día de hoy tengo las cicatrices de esos rasguños que siempre me recordaran esa lección vivida.
Lo mismo se aplica al alma herida. No podrás ir por la vida, tratando de ayudar a otros, de sanar y restaurar a otros, si dentro de ti hay heridas que siguen infectadas de odio, rencor, amargura o profundas tristezas. Te lo pongo de esta manera: personas heridas, hieren a otros. ''Hebreos 12:15, NTV: Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.'' Date cuenta que estas heridas en el alma son raíces venenosas y cuando no dejamos que Dios corte esas raíces, y decidimos vivir con ellas, envenenamos a todo aquel que nos rodea. Tu crees que todo esta bien, pero al igual que yo con los rasguños, no te das cuenta que estas hiriendo e infectando a quienes tienes cerca.
El anhelo de Dios es sanar las heridas que supuran dentro de ti, ''Salmos 147:3, NTV: Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas.'' porque quiere usarte para sanar a otros. El tiempo de llanto, de sentirte herido y de herir a otros debe terminar. La pregunta es ¿qué tan dispuesto estas de permitirle a Dios que te sane?
¡Te bendigo y te abrazo!

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