Donde tú ves lágrimas...Dios ve nuevos jardines.

Si te preguntara cuántas veces lloraste este año ¿las podrías enumerar?. Y si extiendo el tiempo, ¿cuánto has llorado desde hace cinco años atrás? ¿aun podrías enumerarlas?. La verdad es que los números nos harían justicia, porque así como ellos son infinitos al igual sucede con la cantidad de veces que lloramos en la vida. Y es que lloramos de tantas formas: lagrimas de felicidad, lagrimas de dolor, lagrimas de impotencia, lagrimas de enojo (que hasta tu rostro cambia de color y tus orejas se ponen calientes), lagrimas por tristeza y así sucesivamente. ¿Te parece si sumamos? Si identificaste una de estas formas del llanto añádela a tu lista. Ahora, piensa en la frecuencia en que lo haz hecho (aquí las chicas le tienen ventaja a los chicos, porque somos mas dadas a lo emocional, pero no significa que ellos tampoco no lo hagan) no te olvides de sumar las horas, días, meses y años. ¿Como va la suma? Imposible de contar ¿no es así? Es decir, infinito. Pero te tengo noticias. Existe uno, que lleva contada cada una de tus lagrimas. De hecho las colecciona. Mira lo que dice Salmos 56:8 NVI: ''Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro.'' Todos coleccionamos cosas valiosas, Dios por medio de Su Espiritu Santo (el consolador, Juan 14:26) recolecta cada una de tus lagrimas (son valiosas para El) y lleva registro de ellas. En otras palabras, Dios sabe exactamente las veces que has llorado de dolor, de tristeza, de enojo y de impotencia. Pero quiero que entiendas esto, El no solo ve lagrimas, esta viendo la oportunidad de hacer crecer en ti hermosos jardines. Salmos 126:5-6 NVI te confirma esto: ''El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha.6 El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas.''

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Hoy quiero darte la clave para que empieces a ver como Dios ve. El tiempo de quedarte en tus llantos debe terminar. Una vez leí esta frase «Las lágrimas son la única cura para el llanto», te hará bien llorar, pero la clave es que derrames tus lágrimas en la presencia del Señor. Porque en Su presencia es donde las semillas de sanidad comienzan a brotar y esto produce que: crezcas, madures en tu carácter, encuentres paz y la verdadera felicidad. Salmos 16:11 NVI dice: Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha.

- Te bendigo y te abrazo.